Editorial

Un incierto panorama económico global en 2023

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Hasta un tercio de la economía mundial podría entrar en recesión este año, según proyecciones del FMI, debido a una desaceleración simultánea de los tres mayores motores de la actividad global: Estados Unidos, China y la Unión Europea. Si bien hay señales de que EEUU estaría en condiciones de superar con relativa brevedad ese escenario -aunque ello dista de ser una certeza, por cierto-, las perspectivas son más inciertas para la segunda y tercera economías del planeta.

En el caso de Europa, las posibilidades de retomar un crecimiento sostenido dependen en principal medida de la evolución de la guerra en Ucrania, donde no hay indicios de que Rusia contemple desistir de su hasta ahora desastrosa invasión, tanto por su gravoso costo humano como por sus efectos económicos a escala global en los precios de la energía y los alimentos.

La desaceleración de las tres mayores economías del mundo, y en especial la de China, plantea serios desafíos de mediano plazo.

Para la segunda economía del mundo, en tanto, los desafíos económicos son de índole interna y creación propia. La crisis del gigante inmobiliario Evergrande en el segundo semestre de 2021 sacó a la luz problemas estructurales en un sector que es un pilar clave del crecimiento chino, debido a años de insuficiente fiscalización en ese mercado, donde las “reglas de juego” dejaban amplio espacio a la sobreinversión y la especulación irresponsable. Con costosas repercusiones a nivel mundial, por el alto grado de exposición tanto de actores internacionales como de la propia Evergrande -y otras grandes inmobiliarias-, todos ellos golpeados por la repentina falta de liquidez que reveló la crisis, que ha obligado a Beijing a un oneroso esfuerzo de salvataje financiero que aún no concluye.

Sumado a eso, el cepo económico que impuso la política del Cero Covid durante dos años tuvo un serio impacto en el crecimiento chino. Ahora que se ha puesto un abrupto fin a esa draconiana estrategia, el boom de nuevos contagios pone en entredicho su buen sentido sanitario y económico a la vez, pues las perspectivas de una recuperación de la economía china en 2023 no son auspiciosas. Y como ya sostuvo este diario hace un par de semanas, la opacidad oficial respecto del cuadro pandémico chino actual es también parte del problema.

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